Capítulo III ``Historias de Clarisse´´
15.01.2013 21:26
Voy por el camino del bosque que lleva al claro donde me encontré el día anterior con Clarisse. Son las once de la mañana. Me he levantado lo antes posible para poder pasar más tiempo con Clarisse y que me cuente muchas cosas sobre las hadas. Para no perder ningún detalle de lo que me cuente, he cogió un cuaderno con un lápiz, de esta manera podré ir anotando todo lo que va diciendo.
Por fin llego al claro. En voz bajita empiezo a susurrar el nombre de Clarisse para que venga. En ese momento me giro y…
-¡Buuhh! Buenos días María, que pronto vienes hoy. ¿Te he asustado? Porque era lo que pretendía hacer… -Dice Clarisse todo de golpe con su voz aguda y chillona pero a la vez agradable.
-Buenos días. Si, hoy he decidido venir a pasar la mañana aquí para estar más tiempo contigo. Te recuerdo que tienes un montón de cosas que contarme y aclararme.
-Que detalle por tu parte. –Responde Clarisse. –Creo que es la primera vez que paso una mañana en compañía de una amiga. Venga, te contaré todo lo que quieras saber. Además veo que has venido preparada, con cuaderno y todo para tomar apuntes.
Me siento en el suelo y me pongo cómoda. Saco el bolígrafo que tengo guardado dentro de la chaqueta y escribo el título de mis anotaciones: ``El secreto de las Hadas´´. Me doy cuenta de que Clarisse está observando cómo escribo mientras sonríe, ¿sabrá leer?
-Comencemos, quiero saber un montón de cosas sobre las hadas. ¿Donde vivís? ¿Qué coméis? ¿Tenéis poderes?
-Veo que te gusta hacer muchas preguntas. A ver, cada hada vive en el sitio que mas cómodo le parece. Por ejemplo, yo vivo dentro una piña muy grande. Algunas hadas viven dentro de un tronco, otras prefieren vivir entre un montón de piedras con forma de cueva, algunas dentro de una flor con pétalos muy grandes, que suele ser lo más habitual. Hay muchos sitios donde un hada puede vivir, pero por lo general, la gran mayoría vive en el reino de las hadas dentro de una flor.
-¿El reino de las hadas? ¿Tenéis un reino? ¿Con una reina? ¿Y donde está?
-¡María espera! Poco a poco…, eres una impaciente y haces muchas preguntas. –Me contesta rápidamente con una leve sonrisa. –Sí, tenemos un reino con una reina, pero eso más tarde que aun tengo que contestarte a tus anteriores preguntas. A lo de antes, las hadas nos alimentamos de los frutos que encontramos. Normalmente solemos recolectar comida para que nos dure todo el invierno. Como en la fábula de la cigarra y la hormiga, igual. Y no María, no tenemos poderes, antes cada hada tenía su propio don sobre algún elemento, pero de eso ya hace mucho tiempo…
Ese `hace mucho tiempo´ que ha dicho Clarisse ha sonado un poco extraño, como si hubiera pasado algo malo y ya no tuvieran ningún don de esos. A lo mejor solo es que dejaron de tenerlos porque si, porque perderían la practica o algo, pero en su tono de voz había un poco de tristeza cuando ha mencionado esas palabras. Tengo ganas de hacerle una pregunta sobre eso, pero me da un poco de cosa después de la cantidad de preguntas que he hecho hasta ahora. Esperaré a que siga hablando y después le preguntaré sobre eso.
-Y en cuanto a lo del reino de las hadas… es un poco largo, ¿estás segura de que quieres que te lo cuente?
Asiento con la cabeza y sigo anotando todo lo que Clarisse me va diciendo con rapidez, para no dejar pasar ni un solo detalle.
-Bien, pues a ver por donde empiezo… Veras, existen varios reinos. Las hadas no somos los únicos seres fantásticos que hay. Estamos las hadas, los gnomos, elfos y los trolls. Cuatro en total. Cada uno de los reinos está gobernado por un rey o reina y tiene su propio territorio especial, aunque el bosque en general pertenece a todos, tenemos ciertas reglas que debemos respetar.
-Lo siento por interrumpirte, pero ¿Dónde está cada reino? –Pregunto sin más, sintiéndome un poco culpable por interrumpirla de esa manera.
-Pues haber, al otro lado del rio, justo al pie de la otra montaña, se encuentra un inmenso bosque de pinos y abetos. Pero hay un curioso árbol, del cual no hay ni uno más en todo el bosque. De este árbol, brotan unas hermosas flores rosas con un aroma muy especial. Es muy difícil de encontrar pero no imposible. En una de las partes del árbol, hay el símbolo de una mariposa, aunque es muy difícil de ver, pero si das tres golpecitos sobre él, se abre la gran puerta que lleva al reino de las hadas. El de los gnomos, esta justo detrás de la cascada y el de los trolls esta al final del rio, lejos de nosotros, por suerte. Y por último el de los elfos. Nadie sabe donde esta, ni como llegar, ni nada. Son muy extraños. No te cuento como se llega al resto de los reinos tampoco porque sinceramente no lo sé, nunca he estado.
Estoy asombrada. Nunca me hubiera imaginado que existirían cuatro reinos y que hubiera tanto misterio y complicación para poder encontrarlos. Me pregunto cómo será el reino y el rey o reina de cada uno de ellos.
Me encantaría seguir escuchando a Clarisse, que me siguiera contando más cosas sobre los reinos y sus secretos, pero ya es un poco tarde y tengo que volver a casa a comer antes de que Ani se preocupe y se empiece a preguntar porque tardo tanto en volver.
Me despido de Clarisse, cojo mi cuaderno, guardo mi bolígrafo en la chaqueta y vuelvo a casa. Cuando llego, me doy cuenta de que Ani no ha notado mi ausencia y que no esta tan preocupada como yo me pensaba. Siempre está trabajando, sumergida en su trabajo y sus proyectos sobre la moda, asique supongo que es normal que no tenga tiempo para lo demás.
Subo a mi cuarto y apoyo el cuaderno con todas las anotaciones sobre la mesa. Empiezo a leer una y otra vez todas las cosas que Clarisse me ha estado explicando y añado alguna cosa más de la que me acuerdo que no he anotado. Sinceramente aun me cuesta creerme todas estas cosas y de vez en cuando suelo pellizcarme por si acaso, pero compruebo que es real. Aunque aun me he quedado con un poco de curiosidad en algunas cosas, sobre en todo en porque las hadas ya no tienen ningún don. ¿Será que tienen alguna maldición? ¿Y si les pasó algo malo? La verdad que no puedo dejar de pensar en porque ya no tienen esos poderes sobre cada elemento. Estoy pensando en volver al bosque por la tarde con la excusa de que tengo que coger leña y preguntarla por eso. Es una pena que Fer no se pueda enterar de todo esto… seguro que le encantaría saber todas las cosas que sé, y que él y Clarisse serían muy buenos amigos.
Bajo a comer. Hoy Ani ha estado trabajando tanto tiempo que se han hecho las tres de la tarde y aun no ha preparado la comida, por lo que aun no sé qué es lo que se supone que vamos a comer a Ani y yo.
Llega Ani a la cocina. Menuda cara de zombi tiene hoy también, parece que se ha vuelto a acostar tarde con los bocetos y se ha levantado temprano para seguir con ellos. Se nota que llega la campaña de Navidad. Como Ani no parece estar en buen estado para pensar con que nos vamos a alimentar hoy, saco una pizza y la caliento. No parece ponerle muchos impedimentos, asique la pizza al fin y al cabo ha sido una buena idea. De postre nos tomamos un yogurt y cuando creo que Ani va a volver a su despacho para seguir con su trabajo me dice que si me gustaría que hiciéramos algo juntas esta tarde. Nunca pensé que me dijera eso. Llevaba tanto tiempo esperando a que me dijera algo así, que ya creía que nunca iba a llegar este momento. Pero que oportuna… justo en este instante en el que me muero de ganas por saber más sobre las hadas es cuando a Ani se le ocurre decirme que hagamos algo juntas.
Me la quedo mirando fijamente y no respondo. No sé que responder. Me gustaría poder hacer las dos cosas a la vez, porque ambas son importantes para mí.
Sigue esperando mi respuesta y yo no sé qué decir.
Al final, propone que sigamos cada una haciendo lo que teníamos planeado y que esta noche cenemos otra pizza y nos veamos juntas una peli acompañada con unas palomitas. Me parece una idea genial, pero la verdad es que eso lo podríamos hacer cualquier día y me gustaría poder hacer algo un poco mas especial con ella. Me siento muy culpable por no haber contestado. Para una vez que lo dice… Seguro que ahora estará pensando en que soy una desagradecida por no haber aprovechado esa oportunidad d, ya que ella nunca abandona su trabajo por nada del mundo.
Decido volver al bosque. Espero no parecerle una pesada a Clarisse con tantas preguntas, pero es que cuando me pica la curiosidad, no puedo parar. Por fin llego al claro donde me espera mi hada. La encuentro sentada encima de un montón de leña apilada, esperándome. Al parecer no la parezco tan pesada y eso me alegra bastante.
Saludo a Clarisse y me siento en frente de ella, apoyada sobre el suelo.
-Buenas tardes María, veo que aun tienes más preguntas. ¿Qué quieres saber?
-Hola Clarisse, pues aunque parezca mentira solo tengo una pregunta más para ti.
-Dispara. –Contesta mientras sonríe.
-Antes cuando me has hablado sobre los poderes y los dones que poseíais cada hada, has dicho que eso fue hace mucho tiempo. ¿A qué te referías con eso? Cuando lo has dicho parecías un poco triste. ¿Es que pasó algo malo? –Pregunto directamente. Podría haber sido un poco menos brusca, porque a lo mejor es un tema un poco delicado para ella y yo debería haber tenido más cuidado.
Clarisse suspira, parece que es un tema delicado para ella, como me temía. Vuelve a suspirar y comienza a hablar.
-Veo que no se te escapa ni una. A ver, hace unos años subió al trono la princesa hada, por lo que se convirtió en la nueva reina de las hadas. Por lo que sé, ella no estaba pasando por un buen momento. Estaba triste y a la vez cabreada, era un estado muy raro. Un día, de repente, puso una nueva norma para la población de las hadas y fue que perderíamos todos nuestros dones y…
Se calla.